Existe un mal que aqueja a nuestro querido deporte nacional, y el cuál se esparce como un cáncer, y que hasta ahora no ha podido ser extirpado. Me refiero a las Federaciones deportivas. Me explico:
Las federaciones son las que dirigen las diferentes disciplinas deportivas del país, reciben cuotas de sus afiliados, de las federaciones internacionales de su deporte y para terminar, del gobierno mexicano, a través de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE).
En teoría, el dinero debería servir para promover su deporte, para gastos y viáticos de sus deportistas, en general; para cosas productivas, se entiende.
Sin embargo, ese dinero nunca es comprobado debidamente, y como todas (o casi) las federaciones son asociaciones civiles, no rinden cuenta del manejo de ese dinero, lo que se presta a malos manejos, como el que ahora se ha destapado en la Federación Mexicana de Atletismo, denunciado por Ana Gabriela Guevara, quien ha amenazado con no asistir a JJOO si no se destituye al titular de la FMA, Mariano Lara, por no comprobar gastos en que supuestamente ha incurrido la FMA, incluso hay quejas de muchos atletas diciendo que falta apoyo, siendo que el apoyo en dinero se ha dado. Lara sigue en el cargo gracias a las medallas que atletas como Ana otros han dado al país en competencias internacionales.
Aparte de este caso, hay muchos más, como el de la Fed. Mexicana de Basquetbol, donde el dirigente Jorge Toussaint se ha perpetuado en el cargo, dejando al basquetbol nacional dentro de los peores del mundo, y así, en muchas de las Federaciones se viven casos similares.
Y, para colmo, el Presidente del Comité Olímpico Mexicano, Felipe Muñoz, siendo el principal interesado en que todo se maneje bien, es el primero en justificar las tranzas de esta bola de parásitos.
Es así como la dirigencia del deporte mexicano es una lacra que se debe extirpar. Ya basta de dirigentes parásitos. A echarle ganas, Hermosillo.
